martes, 27 de marzo de 2012

GIULIETTA?

Verona, maiteminduen parajea? Ez da nire kasua oraingoz behintzat. Tripulazioa gora eta behera dabil, baina mareatu gabe. Ikasteko gogo asezina bai dutela batzuk. Gutxienez, gosea dutela  sentitu diet.
Veronako monumentu ederrak ikusteko parada izan ondoren bazkaltzeari egin diogu tarte bat eta oso gustura egon gara.













Bihar Veneziara joango gara eta hango majiak arrapatzen bagaitu ez gara itzuliko.
Bueno denok ondo gabiltza eta zeozer okertzen bada konponduko dugu seguru. Don Boskoren etxean baikaude.

Comentaba ayer siguiendo mi vena ciclista que Oscar Freire ganó aquí un mundial. Alguno se preguntará… y por eso se conoce Verona?
Pues no. Se conoce “sopra tutto” por Romeo y Giulietta. Ambos dos locuelos enamorados de Verona universalmente conocidos por la pluma de Shakespeare. Volveré en otro momento sobre este “apasionante” personaje.

Pues bien, opino que además de Freire, Giulietta y Romeo, Verona es más. Mucho más. O sea, es todo. Aquellos un mero brillo en la noche de los tiempos.

No sabía ni de lejos que Verona, acodada en un meandro del río Po, fue en principio colonia, ciudad romana, después medieval y más tarde renacentista. Últimamente un ilustrada ciudad universitaria y tecnológica y estandarte de la Italia más moderna y desarrollada.
Os podéis imaginar cómo no se deben de reducir todas las historias y habitantes de esta larga historia en Freire, Romeo y Giulietta…

Vayamos por partes. Hemos aprendido un nuevo nombre: Zeno. No es el masculino de cena, sino que se trata de un antiquísimo cristiano, primer obispo de Verona de origen Africano. Concretamente de Mauritania. Un emigrante que es omnipresente nombre por toda la ciudad. Curiosamente últimamente vuelven a venir africanos hacia aquí. Estos por otros motivos.


La tumba de este santo, está en la cripta de una gran iglesia, románica en origen, erigida en hacia el  año 900. Enorme. Con pinturas al fresco. Una gran puerta de bronce y con los muros mixtos de marga y ladrillo rojo que le confiere un aspecto que luego se ve repetido por toda la ciudad en otros edificios.

Allí que nos fuimos y en ambiente de silencio la pudimos disfrutar. Con todos los descuentos posibles entramos por un euro por persona.
A alguno le pareció caro. A mi no.
En algún momento de la visita me imaginaba en medio de la nave central en tiempos pasados cuando, por ejemplo, las cruzadas partían para Jerusalen, desde la cercana Vencia. En verona se recibían y despedían a todas las tropas camino de la liberación de aquellas tierras. Muchos no volverían y me imagino la intensidad de aquellas celebraciones. El silencio, el olor a incienso, las oraciones cuasi mágicas invocando la protección ante el enemigo… Y lo cierto es que todo eso sucedió de veras. Aquellas piedras lo atestiguan. Aquello pasó y fue experiencia para la posteridad. Bueno, no sé si se ha aprendido algo. De hecho todavía hay guerras en nombre de ideales o leyendas parecidas.

Bueno, al grano.
Como no todo son iglesias. Luego nos fuimos, mientras picábamos algo, a reservar mesa y a “conocer” el txoko de Giulietta.

Estatua para sobar teta…balcón (bastante deteriorado) al que cuesta 8€ subir pa´la foto… y un pasaje negramente pintado y lleno de chicles de adolescentes pegados con mensajes de “amor imposibles”… Sí, esto ocurre miles de veces cada día. Y eso que nunca existió  más que en la imaginación de un poeta. Del poeta William.



 
Atónitos o perplejos ( y yo con unas pocas nauseas por lo de los chicles) nos fuimos a comer. Unos, cosas ricas y yo algo sin queso. También rico rico. Bien. El café mejor. Bueno pedimos café: uno descafeinado cortado, otro con poca leche, muy poca, otro expreso solo...
Esto me ha hecho pensar… lo diferentes que somos. Si fuéramos diez, ¡cada uno lo tomaríamos de forma diferente! ¿Será así en todo?
Para terminar dos anécdotas.
La primera es que me he desorientado un par de veces por las calles. Cuando falta referencias es lo que pasa. ¿Las estaré perdiendo? ¿Será cosa de la edad?  Lo digo porque alguno de los marineros me ha ayudado a encontrar el camino… de nuestra residencia en los salesianos de Verona. Bien recibidos por D. Maino.  Un joven de 77 años a punto de jubilarse…
Y la segunda: entrar en el baño público en la plaza del coliseo cuesta…0,70€.
Casi lo mismo que la entrada a la basílica de San Zeno, que costaba 1 €.

Yo de Verona me quedo con San Zeno, Santa Anastasia, el Duomo y el teatro romano. He tenido la suerte de llegar hasta aquí y me vuelvo contento porque conozco algo más de este pueblo que puede sentirse orgulloso de que ha formado parte de historia, de la de verdad.

Mañana a por otro lugar y otra historia. Fue durante bastante tiempo el centro del mundo comercial y del arte. Me refiero a Venecia. Nos conquistará con su embrujo.

La marinería está ilusionadísima con este puerto.  Ya veremos. Bihar arte.
Juanma

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