miércoles, 28 de marzo de 2012

VENEZIA



Joxean Altuna dixit: Etxetik punturik urrutiena egin deu. Ba goaz etxera hurbiltzen. Gutxiago falta zaigu.
Halaxe da Veneziatik bueltan idazten dizuet  eta gure begi eta belarrietan ikusi eta entzundakoaren ohiartzuna  irauten digu oraindik. Agian urte askotarako izango da.
Veneziak badu bere xarma. Eraikuntzak ote dira? Agian kotxerik ez egotea? Jendez gainezka dauden kale ziztorrak? Begiratzen diguten maskarak? Itsanondoko argi eta haize hezea?
Hainbat sentsazio ezin dira hitz motz hauetan hain erraz bildu baina gauza bat esango dizuet. Denok pozik eta irrifartsu bueltatu gara. Agian berriro noizbait itzuliko garelakoan. Agian erromantiko samarra naiz baino hirugarren aldia da etorri naizena eta oso gustura sentitu naiz, nahiz eta ezer ez erosi.

La primera sensación que nos da Venecia es que te cobran por entrar. Te cobran por montar en barco. Te cobran por el baño. Te cobran por sentarte. Te cobran por… casi todo.
Pero, la verdad. Es único. Y como único que es pues… lo hemos disfrutado un montón. Y, claro, hemos gastado. Regalos, entradas, tickets, café, grappa.. bueno, lo dejamos ahí.

A mi siempre me ha llamado la atención la luz de Venecia. A cualquier hora del día.  Quizás sea la bruma costera o que ya nos vamos acercando a oriente. El caso es que esa puesta de sol es única. Hoy lo hemos podido comprobar mientras volvíamos en el vaporetto por el gran canal.
En Venecia es difícil mantener un grupo de más de cuarenta mayores unido, recorriendo sus calles. Pues aún es mucho más difícil cuando se trata de adolescentes.


Así que hemos llegado como hemos podido al puente de Rialto y allí se han separado por grupos. Sabiamos que no podrían escapar de esta isla. Asi que les hemos convocado para una hora por la tarde y todos han ido llegando cargados de historias.


Unos de compras. Otros de fotos. Otros de pizzas. Otros de palomas.


Los mayores hemos optado por tomar una plaza estratégica desde donde controlar los movimientos de nuestros grumetes. Un buen café expresso y un gelatti nos han dado la energía y la atención necesarias para valorar lo que pasaba en frente.


Hemos visto pasar palomas y más palomas. Bien. Pero en Verona, mejor.
Conforme a lo previsto hemos vuelto puntualmente al embarcadero y con nuestros regalos y nuestro regusto del café hemos puesto rumbo a Verona.
Por la noche, noche romántica en Verona, daremos un paseo para disfrutar del ambiente de esta bella ciudad.
Y mañana temprano ponemos rumbo al Lago di Garda. Cerca de la mansión de Berlusconi. Nosotros pasaremos de largo apuntando en nuestra ajenda que dentro de poco volveremos a abrazarnos con todos vosotros. Os echamos de menos.

Para terminar. Me ha parecido que Venecia está un poco disfrazada. Me explico. La ciudad, única en el mundo por su historia, por sus contrucciones, por su cultura… va adquiriendo el aspecto de un parque temático donde el protagonismo lo tienen los recuerdos y las tiendas de todo tipo.


Los monumentos están ahí para unos pocos que escuchan como pueden a los guías que se desgañitan en medio del gentío para transmitir un poco de humanidad a las piedras.
Me comentaba alguien que Venecia es conocida últimamente porque allí se han grabado algunas famosas películas. O sea, que es un gran decorado de rodaje…
Hoy, en la catedral de San Marcos, no había  posibilidad de rezar en ningún banco. Aún y todo he intentado abstraerme del gentío que pululaba y que no sabía a qué mirar (incluidos japoneses, chinos y vete a saber de dónde) y he tratado de unirme a tantas personas que han orado allí por la paz, por que la palabra del Jesús Pantocrator (imagen que preside el altar) sea conocida por todo el mundo. Para que esa presencia sanadora de Dios sea realmente la mejor compra que puedan realizar en Venecia o donde estén.

Eso me llevo de Venecia.


Y las sonrisas y la vida de nuestros alumnos que son algo menos alumnos y un poco más amigos.

PD. Puede que mañana no podamos hacer un blog tan extenso. Disculpad pues estamos viaje.
Juanma

No hay comentarios:

Publicar un comentario